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La dieta primitiva: cómo adecuar la comida a tus necesidades personales

Foto del escritor: Instante CronopioInstante Cronopio

Actualizado: 24 nov 2020

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Cuando Weston A. Price visitó en la década de los 30 a diferentes grupos indígenas alrededor del mundo, quedó sorprendido al ver la inmensa vitalidad y resiliencia de las personas. Mientras los niños podían jugar todo el día en el barro sólo para hacerse más fuertes, los hombres y las mujeres tenían cuerpos fuertes y flexibles que podían correr, trepar y luchar. Del trabajo de este investigador surgió la teoría de los tipos metabólicos, que dice que cada uno de nosotros tiene una configuración genética única que ha sido influenciada por nuestro origen genealógico, lo que hace que proponer un mismo tipo de alimentación para toda la población sea un sinsentido.


Por ejemplo, pídele a un esquimal que reduzca su ingesta de carne y coma tres frutas al día. No sólo sería un irrespeto a su particularidad, sino que la persona empezaría a presentar problemas como resistencia a la insulina, disminución en sus niveles de energía y mal temperamento, para luego probablemente medicarse. Por su parte, si pones a un hindú a comer sólo carne acompañada de verduras, probablemente muestre signos de constipación, cansancio, halitosis y acidez en la sangre.


Este proceso en el cual las dietas occidentales compuestas de alimentos como la harina y los granos fueron introducidos en las dietas de grupos que llevaban comiendo a su manera por siglos, fue documentado por Weston A. Price en su libro Nutritional and physical degeneration. Lo que esta investigación descubrió es que, per se, no hay comidas que sean sanas, pues cada persona tiene una individualidad bioquímica.

¿Significa lo anterior que comer perro caliente es saludable? Sin obviar factores como la calidad del aire y el movimiento constante, tres elementos contribuían enormemente a la salud de estas comunidades. Primero, todos comían alimentos ricos en micronutrientes. Esto quiere decir que es mucho mejor una manzana, que por doscientas calorías puede aportar una gran cantidad de vitaminas, fibra y minerales, que un pan, que por las mismas calorías no aporta casi micronutrientes. Segundo, todos comían lo que hoy en día llamamos orgánicamente. Era comida no-procesada y fresca. Tercero, todos comían de acuerdo a su tipo metabólico.


En este sistema, existen tres tipos metabólicos: polares, ecuatoriales y variables.

Los tipos polares son aquellas personas que probablemente vienen de poblaciones que habitaron los polos. Estas personas consumían grandes cantidades de proteína y grasa animal, sin tener acceso a muchos carbohidratos o productos vegetales.

Por su parte, los tipos ecuatoriales tenían una alimentación alrededor de los vegetales, frutas y legumbres. En el ecuador, a pesar de que existían grandes animales, grupos como los aztecas se alimentaban de tomates, maíz, cacao y maní, y de vez en cuando consumían carne de animales pequeños como insectos.

Finalmente, los tipos variables, por razones como el mestizaje, variarán de un tipo polar a uno ecuatorial dependiendo de las circunstancias.

Cuestionario del tipo metabólico

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Consejos generales

Hay tres pasos sencillos que puedes adoptar hoy para mejorar tu nutrición. Lo primero y más importante que podemos hacer por nuestra salud es consumir agua. No té, gatorade, Coca-Cola ni café, sino agua. En segundo lugar, aunque un tipo polar debería consumir comidas compuestas en su mayoría por grasas y proteínas, y el tipo ecuatorial de carbohidratos, toda comida que ingerimos debería contener grasa, proteína y carbohidratos, en las respectivas proporciones. Si al mediodía te comes un chocorramo, intenta compensar ese carbohidrato con algo de grasa y proteína, como un queso pera, de manera que tus niveles de azúcar y de energía sean más constantes durante el día. Concéntrate primero en que todas tus comidas contengan de los tres grupos, en las cantidades ideales para ti, y luego empieza a mejorar la calidad de lo que ingieres. Es recomendable que consumamos carbohidratos paleolíticos en la medida de lo posible, como frutas y verduras.


Finalmente, las grasas y las proteínas son peso, los carbohidratos son levedad. Esto quiere decir que si después de una comida nos sentimos lentos y pesados, hemos consumido muchas grasas o proteínas. Lo anterior tendrá el efecto de que el cuerpo nos pida algo dulce, como un postre. Si tras una comida nos sentimos demasiado energéticos y tal vez con dolor de cabeza por el exceso de azúcar, hemos consumido muchos carbohidratos, y el cuerpo nos pedirá algo como un jamón o una hamburguesa. El cuerpo siempre busca el equilibrio, por lo que estas ansias por comer algo nos dicen qué nos falta y en qué nos excedimos.

Para saber si una comida fue la adecuada para tu salud, aprende a reconocer lo que llaman la Zona de poder. Aquí, el cuerpo se siente satisfecho, no pide ningún tipo de comida o estimulantes (como café o té), hay buenos niveles de energía y claridad mental. De esta manera, si te excediste en las proteínas y/grasas, balancéalo con un carbohidrato, y viceversa. ¿Por qué crees que en las fiestas ponen alimentos grasosos para que la gente lo mezcle con cocteles?¿O que en los restaurantes siempre ponen pan antes de que uno ordene la comida? Al momento de ordenar, tu cuerpo pide a gritos un bistec.

Reconocer esta Zona de poder es lo más importante para mejorar nuestros hábitos alimenticios. La dificultad es que muchas personas no tienen un punto de referencia que les ayude a contrastar cómo se siente, para saber cuando han comido mal. Para esto, un gran producto que se puede utilizar es Soylent, un batido que busca suplir todas las necesidades nutricionales del ser humano. La diferencia con productos como Herbalife o Ensure, es que Soylent está diseñado para que uno pueda vivir de él. Por esto, contiene pocas cantidades de azúcar y es totalmente completo en micronutrientes y macronutrientes.

Hay que trascender los dogmas alrededor de la comida: si escuchas tu cuerpo con atención, en unas semanas descubrirás tu tipo metabólico y estarás mucho más cerca de adecuar la nutrición a tus necesidades personales.


Autores interesantes en este tema: Paul Chek y Weston A. Price


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