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Tenemos una confesión. Llevamos casi un año despertándonos sin ningún tipo de alarma. Nos levantamos con la luz del día, cuando nuestros cuerpos consideran que han descansado lo suficiente.
No siempre fue así. Vivir así fue el resultado de ir detrás de la vida que queríamos, una que fuera rica en un activo fundamental: tiempo. Aunque la sociedad está enfocada en el dinero, creemos que es el tiempo lo que provee el mayor tipo de riqueza y satisfacción.
Todos tenemos la misma cantidad de tiempo, pero poder hacer lo que queremos con él es un lujo que suele creerse sólo tienen los ricos. ¿Pero por qué trabajar décadas para finalmente tener tiempo, cuando puedes simplificar tu vida y tener tiempo ahora? En el libro The 4-hour workweek se cuenta la historia de un graduado de administración de empresas de una prestigiosa universidad norteamericana que visita un pueblo pesquero en Mexico. El norteamericano se encuentra un pescador, y le pregunta qué hace tirado en la playa. El pescador dice que ya pescó lo del día, y que está descansando para después irse a reunir con amigos y familia. A esto el norteamericano le dice:
-"¿Pero por qué no trabajar más? Podrías pescar más, para así comprar mejor equipo y pescar aún más.".
-"¿Para qué?"- pregunta el pescador.
-"Porque así podrías ganar más dinero, montar tu propia empresa y emplear a otros. Con esto podrías eliminar a la competencia y mover tus oficinas a Mexico D.F. Tendrías un gran imperio y aumentarías mucho tu riqueza."
-"¿Y cuánto tiempo me tomaría todo esto?"
-"Unos diez a quince años. Pero lo bueno es que al final, podrías vender la empresa y retirarte a un lugar tranquilo para finalmente pescar y estar con tus seres queridos"- dice el norteamericano
-"Pero si ya tengo esa vida, ¿para qué haría todo eso?" - dice el pescador
Suena ridículo, pero la sociedad es justo como ese norteamericano. Nos quejamos de no tener tiempo, perdidos en actividades que realizamos para algún día tener tiempo. Damos vueltas innecesarias: somos como el pez que muere de sed en medio del mar. La realidad es que todos los seres humanos tenemos la misma exacta cantidad de tiempo. No puedes hacer nada para tener más tiempo, lo único que puedes hacer es dejar de hacer. Ocupar tu tiempo en actividades que de verdad te llenen y tengan sentido para ti. Sobretodo dejar de ocupar tu vida por una promesa futura de ocio, para disfrutar el aquí y ahora.
Esto no requiere ser rico, sólo cambiar tus prioridades. Robert Kiyosaki, experto en finanzas personales, dice que los ricos miden su riqueza en tiempo y no en dinero. El tiempo es vida. Es la capacidad de ser, hacer y pensar lo que sea en este momento. Los nuevos ricos medimos nuestros riqueza no por el dinero, sino por el tiempo. ¿Te unes a nosotros?
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